Lo que viví contigo:


Hoy te cuento de ella. Pedazo de mujer que no pasa los 1.60m sin embargo es enorme, fusión perfecta de timidez y anonimato que a mi me ha logrado asombrar, es de esos tesoros que en esta vida uno tiene la fortuna de encontrar. Inexplicable la manera en la que te hace creer en la magia. Me entenderán cuando les pase.

Lo que viví contigo:

Recuerdo una ocasión muy especial con la pequeña Dulce...,alias mi peque Tutín, que ante otras o distintas situaciones puede ser la pequeña Tutón! (lo se, pareciera que hablo de un alíen o un monstruo gigante, pero despreocupen! es una personita tan pequeña que desborda sonrisas y ocurrencias bien únicas. :D Recuerdo un día bien genial que acaba de pasar hace ciertas semanas, el caso es que fuimos a el café la habana, por cierto nos acompañaba alguien bien chula. Platicamos de ciertas cosas importantes & a su vez nos tomaron fotitos, el señor encargado no tenia la experiencia suficiente en tomarlas jaja pues no era normal su posición pero bueno, después el día se fue tornando mas único, porque Tutencia, Tutulin y yo decidimos irnos caminando a la pequeña plaza de AP,el día estaba super geeeenial!! Estaba desbordándose el cielo! Llovía tan bonito <3! y decidimos irnos caminando bajo la lluvia, mientras caminábamos platicábamos de ciertas cosas interesantes y momentos buenos pero también malos, pero que al final nos dejaban buenos y bonitos aprendizajes. Después llegamos a la plaza enorme que se encentra cerca de un carrito con un paisaje de rancho! jaja cuando nos sentamos a platicar, llegaban y llegaban y llegaban niños y muchachos a preguntar si Dulce tenia celular, también le preguntaban por su nombre, ella tan natural jaja respondía de cierta manera que no les decía no, pero tampoco accedía a responder ese tipo de información. Si bien siendo sincera me di cuenta conforme platicábamos, que ella tenia toda mi confianza, y que aunque pase el tiempo y ella y yo dejamos de vernos, eso no basta para decidir dejar su amistad. Al contrario, me di cuenta que para mi es importante disfrutar de ella, y su compañía. Pienso que si dos o mas personas se sienten bien conviviendo y compartiendo su sentir, no habrán días, semanas, meses o años que logren separarlos. <3 Se que pude haber logrado una mejor narración de esto pero mi clase de practica básica me distrae poco a poco... <3

Lo que viví contigo:

Convivir por ahí con Dulce fue hacer cada detalle vivido más inolvidable que el anterior. Reír de cosas tan inesperadas, admitir que mi adorada amiga es un imán de cosas bizarras, locas, alucinantes. Cómo olvidarme de las peripecias hechas para conseguir un descuento diciendo: “¿Jorge te llamas? Ese es el nombre de alguien que hace descuento” debo admitir que ella lo conseguía. Burlarnos de nosotras mismas al vernos estafadas por una paisanita octogenaria que resultó más rápida de lo esperado y huyó subiendo una quebrada mientras nosotras la veíamos atónitas y sin aire para perseguirla. Estar con ella es encontrar historias -queriendo y sin querer-, es valorar el detalle inesperado, hacer de la casualidad un pequeño destino.

                                                                                

Lo que viví contigo:


Este post tiene varios invitados. Su identidad será mantenida en el anonimato por cuestiones de seguridad.




Ocurrió: Mayo, 2015
            La primera vez que lo noté estábamos en Pasaje del sol. Dulce tocaba una de esas formaciones milenarias con una concentración que daba miedo interrumpir. Pasaba la mano con una suavidad propia de quien está prestando mucha atención. Se me ocurrió que a lo mejor entendía de geología más que el resto. En ese momento, apenas si nos conocíamos. La segunda vez, estábamos arriba de un avion. Debíamos haber estado hablando de cualquier cosa, pero mis ojos se desviaron hacia sus dedos. Dulce estaba palpando una de esas mantitas que reparten las azafatas. Mientras ella seguía hablando, yo no podía dejar de observarla. Es cierto que esas frazadas son muy suaves, pero parecía que ella estuviese leyendo algún código braille impreso en el polyester. La tercera vez no me aguanté. Dulce caminaba muy cerca de la pared, rozando todos los azulejos de Aveiro con la yema de sus dedos. No llegué a increparla. Nuestras miradas se chocaron y empezamos a reír. Anticipando mi pregunta, se defendió, entre risas y vergüenza. “Bueno Pepe, ¿qué quieres? ¡Me encanta tocar todo!”. Se me despejaba el panorama, claro, pero semejante confesión hizo estallar aún más las risas. Ahí empecé a notar que mientras sus ojos viajan a la par de sus pies, los dedos de Dulce bucean otros horizontes. A veces, confieso, me ponía incómodo. “Se mira y no se toca” fue el estandarte de mi infancia, y ser testigo de cómo Dulce iba por la vida rompiendo esa barrera me generaba inquietud. Después pensé en que, creciendo en una clínica, el pecado era aún más terrible. También lo era su espontaneidad. No le importaba si eran cuadros, azulejos, montañas o árboles. Para completar su percepción, Dulce tenía que acariciarlos.
Al final, ella se acostumbró a mis miradas inquisidoras y yo me acostumbre a su desparpajo dactilar. Ella tocó todo un poco menos, yo toqué todo un poco más. Le prometí que nunca iba a contar esto. Y ella me creyó sabiendo que, al final, este día llegaría. 
Dulce Ramos, señoras y señores es una toquetona.







Hace dos años me enviaron esto anónimamente por mail, y hasta la fecha sigo sin saber quién.

Esta es Dulce, nos conocimos en el cumpleaños de un amigo que teníamos en común, empezamos a hablar y a los dos meses ya estábamos viviendo juntos. Dulce era muy dulce y cariñosa y divertida, también era invisible. No invisible en plan el amigo invisible que un niño pequeño se inventa para no estar solo.
No, ella era una persona totalmente normal solo que no se le podía ver, aunque era perfectamente perceptible por todos los demás sentidos.
Según me dijo no había sido invisible toda su vida, fue a partir de los doce años que se volvió así, alguna vez le pregunte que paso para que de repente dejara de verse pero siempre intentaba cambiar de tema se ve que no le gustaba mucho hablar de aquello, a mí nunca me importo, de hecho me pasaba el día grabándola. Estaba tan enamorado de ella. Dulce no tenía amigas, lógicamente era imposible criticarla a sus espaldas porque nunca podías estar del todo seguro que no estuviera presente, y para qué va a ser una chica amiga de otra que nunca podrá criticar?
Dulce tenia hipermetropía no veía un pimiento de cerca, siempre pensé que igual por eso ella le daba poca importancia a lo de ser invisible porque técnicamente para ella todo el mundo era invisible, a mí me encantaba salir con ella por la noche, porque si nos hartábamos de la gente con la que estábamos podía decir Dulce se encuentra mal, no puedes verle la cara pero si pudieras verías que tiene un chichón en el parpado, podías decir lo que fuera. Una vez dijo nos vamos me eh tragado un cuchillo sin querer, fue muy divertido, luego resulto que era real; pasamos la noche en el hospital. A mí no me gustaba quedar con otras personas para salir, muchas veces acabábamos jugando a las películas y nosotros siempre perdíamos! Lógicamente porque Dulce no sabía nada de cine y nunca acertaba a cual yo representaba. Dulce trabajaba de telefonista.
A mí siempre me pareció una tontería porque tenía el único trabajo que daba exactamente igual que fuera o no invisible yo le decía que debía ser espía o ladrona de joyas o algo así, pero ella decía que no, que con lo mal que están las cosas quería un trabajo que pudiera conservar si de repente perdía la invisibilidad. Una vez trabajo en un confesionario de automóviles, cuando alguien se acercaba a un coche ella se ponía detrás de él y le susurraba: “compételo sabes que lo quieres, sabes que te lo mereces” como si fuera la conciencia de la persona o algo así. Acabo dejando el trabajo; porque no le parecía “ético” aun así consiguió vender 5 monovolúmenes 12 descapotables y que 3 personas fueran a un psiquiátrico. Recuerdo que tuve que dejar de jugar a los dardos cerca de ella por razones obvias. Me encantaba ir con ella a discotecas llenas de gente y acercarnos a la barra y intentar pedir algo porque ahí los camareros hacían que yo también pareciera invisible y en esos instantes me sentía más unido a Dulce que nuca. Nunca jamás se lo dije. Ella siempre pensó que simplemente pensó que me gustaba ir a discotecas lo cual hace que valore más aún que me quisiera. Dulce era muy cariñosa siempre me estaba acariciando, yo no podía devolverle las caricias tenía miedo de ir a tocarla y meterle un dedo en el ojo. Dulce lo tenía todo, era simpática, tierna, graciosa y campeona mundial de escondite, ganaba todos los años! solo perdió una vez cuando tenía gripe y la encontraron por los estornudos. Yo era tan feliz junto a Dulce, que un buen día sin saber cómo y porque comencé a verla! Podía verla sonreír o mirarme! Podía ver su cabello sus ojos sus manos! Era preciosa!
Fue justo en ese instante cuando me di cuenta que Dulce era la mujer de mi vida, de que quería pasar el resto de mis días a su lado, que ella sería la madre de mis hijos.
Desgraciadamente los médicos no estaban de acuerdo, nos dijeron que era demasiado arriesgado, que el niño saldría parcialmente invisible y que esa invisibilidad podría afectar por ejemplo a la piel, por lo que al bebe se le verían todos los órganos de dentro, y algo así le crearía un trauma. Aquello destrozo a Dulce, estaba tan triste que por semanas no salía de la cama, no quería charlar ni comer ni ver la tele. Yo no podía verla así. Literalmente digo, en momentos volvía a ser incapaz de verla y un buen día sin poder nada para evitarlo Dulce se fue.
Yo tarde 2 semanas en darme cuenta, pensaba que simplemente no quería hablarme y que me evitaba. Pero no. Hacía tiempo que ya no estaba en casa. Pase meses llamando cada noche a atención al cliente con la esperanza de que algún día al otro lado de la línea fuera su voz la que me contestara! pero fue inútil y acabe por rendirme. Pero eso no quiere decir que te haya olvidad Dulce. Te recuerdo cada día, recuerdo tu cabello, tus ojos, tus manos, así que si estás viendo esto vuelve, vuelve a mi lado Dulce, aunque sea por tan solo un segundo porque no te puedes imaginar las ganas que tengo de verte.


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