Lo que viví contigo:

Convivir por ahí con Dulce fue hacer cada detalle vivido más inolvidable que el anterior. Reír de cosas tan inesperadas, admitir que mi adorada amiga es un imán de cosas bizarras, locas, alucinantes. Cómo olvidarme de las peripecias hechas para conseguir un descuento diciendo: “¿Jorge te llamas? Ese es el nombre de alguien que hace descuento” debo admitir que ella lo conseguía. Burlarnos de nosotras mismas al vernos estafadas por una paisanita octogenaria que resultó más rápida de lo esperado y huyó subiendo una quebrada mientras nosotras la veíamos atónitas y sin aire para perseguirla. Estar con ella es encontrar historias -queriendo y sin querer-, es valorar el detalle inesperado, hacer de la casualidad un pequeño destino.